La mina Barrick Pueblo Viejo y su sistema para asegurar la calidad del agua dentro y fuera de la operación.
Según cifras de la OMS y UNICEF, 2,200 millones de personas en el mundo carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura (bebible sin riesgo para la salud). Considerando que desde 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano al agua y al saneamiento, en cantidad suficiente para el uso doméstico y personal, esto es, entre 50 y 100 litros de agua por persona al día, además segura, aceptable y accesible físicamente, este número resulta preocupante.
Este tema de relevancia mundial, también lo ha sido para nuestro país, pero seguimos dando pasos adelante para mejorar cada día. Mientras que antes del año 2000 República Dominicana tenía una cobertura del servicio de agua potable cercana a un 68%, actualmente esta cifra alcanza el 75%.
Además, hace un mes, el presidente Luis Abinader confirmaba la cifra de que 1,400,000 dominicanos comenzaban a recibir el servicio de agua potable y más de 290,000 ciudadanos recibían alcantarillado sanitario, incrementando por tres, para el año 2022, la inversión histórica anual realizada en ese sector. Si a esto le sumamos la reciente firma de acuerdo entre el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) de República Dominicana y la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu) para mitigar los problemas del agua potable en todas las comunidades necesitadas del país, vemos que sin lugar a dudas, este es un tema que estamos trabajando sin descanso.
Ahora bien, más allá de las instituciones, ¿qué hacemos las empresas privadas para aportar en este sentido y mitigar nuestro impacto?
Sin duda, en nuestro caso, cuando recibimos la operación de Pueblo Viejo, fue lamentable ver cómo las comunidades cercanas venían viendo su agua afectada por varias décadas. En la mina no se venía realizando una gestión ambiental y fue entonces cuando nos propusimos crear un riguroso sistema para restaurar su calidad, asegurando el cumplimiento de los estándares internacionales, y a la vez, velar por la transparencia y probidad de todo el proceso.
Pero aquí no queda todo, además:
- Creamos dentro de la operación una extensa red para el tratamiento de las aguas con más de 100 pozos de monitoreo, 90 estaciones de calidad de agua superficial y piezómetros que diariamente comprueban la calidad de las aguas subterráneas hasta 10 km fuera del proyecto.
- Diseñamos un sistema de reporte para informar de nuestras gestiones al Ministerio del Medio Ambiente cada 6 meses y realizamos un monitoreo ambiental participativo cada 3 meses, en donde invitamos a los miembros de la comunidad a tomar muestras de agua que son evaluadas por laboratorios terceros e independientes para comprobar su calidad.
En definitiva, y citando las palabras de la ONU, “el agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y es fundamental para el desarrollo socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y para la supervivencia de los seres humanos” y en Barrick Pueblo Viejo somos conscientes de ello y estamos comprometidos. Es por ello que seguiremos apostando por la minería responsable y sostenible, aquella que garantiza de manera transparente el tratamiento y calidad del agua dentro de sus operaciones, y en cumplimiento al derecho de sus comunidades aledañas de contar con agua segura.