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Desde el talento y competencias, la mujer contribuye al crecimiento de la minería.

 

Históricamente, la minería ha sido un sector dominado por los hombres, no solo en República Dominicana, sino a nivel global. Sin embargo, en los últimos años, la mujer ha logrado aumentar su visibilidad y participación. Ejemplos de ello son la celebración del International Day for Women in Mining que inicio este 15 de junio, y el aumento de la proporción de mujeres en la industria.

Si tomamos como referencia el caso de Chile, que es uno de los países con mayor trayectoria y literatura sobre minería y mujer, encontramos que, de acuerdo a un estudio de Fuerza Laboral de la gran minería CCM-Eleva, “en los últimos 10 años la industria minera ha alcanzado un promedio de participación femenina del 15,5%”. Este dato coincide con los números que facilita Forbes México, en el que se habla de una participación en la industria de un 16%. Este dato es una muestra de los logros alcanzados y a la vez, un reflejo del camino que aún queda por recorrer. 

En este sentido, en mis 19 años de trayectoria en Barrick Pueblo Viejo, vengo apostando por la inclusión de la mujer en la industria sin descanso. Sin lugar a dudas, creo que es uno de los compromisos que más me identifican y por el que voy a seguir trabajando. 

Por eso, con motivo del día del trabajador, que celebramos recientemente, hoy comparto la historia de dos mujeres que me inspiran cada día y que continúan desafiando los estereotipos y paradigmas impuestos por la sociedad, demostrando su valor y ganándose la confianza de sus equipos de trabajo, tanto dentro como fuera de la industria. 

En primer lugar, resalto a Nidia Cuevas, Técnica Mecánica encargada de darle mantenimiento eléctrico a los equipos pesados dentro de la mina y que fue la primera mujer en formar parte de su equipo. Su historia me recuerda la importancia de impulsar a las mujeres en aquello que les gusta y empoderarlas en dar su opinión y agregar valor a su trabajo.  

Por otro lado, destaco a Juanamerfi Rojas, agrimensora y cuya historia no es solo es ejemplo de superación, si no que además contribuye con su labor, de hacer de la minería responsable una realidad. 

Como estas historias, también contamos con muchas otras que a lo largo de la trayectoria de nuestra operación minera han contribuido a que seamos mejores y nos recuerdan cada día, que nuestro compromiso con la inclusión debe seguir firme y en desarrollo. Las mujeres conformamos el 18% de la fuerza laboral de Pueblo Viejo, una de las tasas más alta en toda Latinoamérica y espero que, algún día, la inclusión sea tal, que compartir este número no sea relevante.