Los cambios políticos, sociales y económicos causados por los estragos de la pandemia y diversos conflictos en el panorama internacional, han originado un escenario de incertidumbre en el sector empresarial de muchos países de la región Latinoamericana. En este contexto, el sector minero no quedó exento de los efectos, sin embargo, como industria hemos sabido responder a los obstáculos encontrados (disminución de la productividad, políticas de freno económico, contracciones de crédito, riesgos en la cadena de suministro local, menor confianza para invertir, entre otros) y transformarlos en oportunidades para un mejor desarrollo en nuestra gestión y contribuir al crecimiento de las comunidades a las que impactamos.
Como presidenta de la operación de Barrick Pueblo Viejo, nuestras acciones están enfocadas en hacer que las oportunidades superen los riesgos, pues considero que la competitividad de una empresa y la salud de las comunidades donde operamos deben estar fuertemente entrelazadas, para crear una comunidad exitosa y un entorno que apoye al negocio.
En ese sentido, hemos sido conscientes de todos los estragos que generó la crisis sanitaria en República Dominicana, lugar en donde estamos muy felices de realizar nuestras operaciones, puesto que es un país que posee inmensas riquezas y una tierra con el potencial de impulsar exportaciones e inversiones a nivel internacional; siendo la operación en Pueblo Viejo, la cuarta mina de oro más grande del mundo. Por ello, nos pusimos a disposición del país y nos convertimos en uno de los aliados principales para la recuperación económica.
Uno de nuestros principales pilares como compañía es poder generar un lugar de valor, acompañando a las comunidades a través de la inversión social que genere oportunidades de crecimiento. La producción de oro no se detuvo durante la pandemia, generando un crecimiento de un 22% en el sector minero en comparación con años anteriores, aproximadamente US$428.05 millones, superando las expectativas presupuestarias del año 2020 para el Estado dominicano.
Como empresa y mujer dominicana, el país representa el lugar perfecto para crecer juntos mediante acciones colectivas. Por lo que considero indispensable poder ser un apoyo en todo momento y poder beneficiar de esta manera a cada miembro de las comunidades vecinas a nuestras operaciones. Nuestras operaciones en República Dominicana han sido un propulsor importante del cambio en la industria minera, de la mano de la sostenibilidad, el propósito y el valor a largo plazo, los cuales son ya parte integral de nuestro negocio. Como líder de las operaciones de Barrick Pueblo Viejo, me siento feliz de trabajar en una operación minera comprometida con el desarrollo social de su entorno y con el pilar de brindar un legado sostenible a la comunidad.